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EN MEDIO DE LA PANDEMIA

UN ANIVERSARIO MÁS, AFIRMANDO UN PERÚ ECOLÓGICO Y SOCIALMENTE JUSTO

Publicado: 2020-04-24

                                                                                                        Lima, 23 de Abril 2020.  

Compañeros y compañeras de camino:

Han transcurrido 12 años desde la creación de Tierra y Libertad. El partido que surgió en desde las luchas nuestras provincias, cuando muchos decían que no era posible construir una alternativa política distinta, cuando muchos habían arriado sus banderas conformándose con subirse al vientre de alquiler que apareciera para cada elección.

Surgimos, aquí estamos, ahora en medio de una pandemia viral, luchando por nuestras banderas de justicia ambiental y social en un país libre de corrupción y de todas las discriminaciones. No ha sido un camino fácil. No está siendo fácil y no lo será. Sabemos que, para muchos, hacer política es asaltar un botín para si mismos o para su grupo. Se pierde fácilmente de vista que el poder no se asalta que, como lo dije tantas veces: el poder se construye y esa es una tarea de mediano y largo plazo.

En el camino dimos importantes pasos para construir un partido que condujera a un frente más amplio. Lo conseguimos en parte, y tan titánica tarea tampoco podía estar excenta de nuestros propios errores y de las pesadas mochilas de quienes siempre jugaron y fracasaron en construir procesos de unidad más amplia y abarcadores. Algunos creen que esa tarea es aún de élites y cúpulas políticas cuya unidad consiste en repartirse pedazos de un pastel. Cuando no se permitió que fuera así, patearon el tablero y nosotros que impulsamos y dimos todo para crear un nuevo proceso de unidad, fuimos acusados de divisionistas. Otros apostaron a que TyL fuera una especie de vientre de alquiler dirigido por una vanguardia tecnopolítica que llegará a ser gobierno por el camino de la suerte que se podría alcanzar en un proceso electoral. Creyeron que tenían un voto cautivo e instrumental y al no conseguirlo auguraron la desaparición de TyL y aún del mismo FA.

Guardemos memoria viva, no para alimentar resentimientos, sino para sacar lecciones, incluso, si es preciso, reconstruir relaciones políticas que se vieron afectadas, pero claramente para no volver a hacer más de lo mismo. Nuestras malas experiencias políticas personales no tienen por qué cerrar el paso a la reconstrucción de proyectos políticos mayores o que están por venir y construirse a futuro.

Nosotros, desde TyL y lo que hemos avanzando en el FA, debemos seguir pensando y trabajando por un proyecto de transformación mayor.

Nuestro paso por el Congreso 2016-2019, ha sido logrando importantes leyes ambientales, leyes pro derechos laborales y frenando o haciendo retroceder los núcleos duros de la corrupción política auspiciada por empresas muy poderosas. Debemos valorar siempre que ese gran esfuerzo que nos llevó a medidas extremas como exigir la renuncia de PPK, jugarnos del todo para que el corrupto García no fugara del país y nos puso en primera línea de lucha por el cierre del Congreso, se trata de la confirmación de que somos y podemos ser una fuerza viva transformadora fundamental para la historia de nuestro país.

Celebramos este XII aniversario en un escenario mundial y nacional totalmente nuevo. Escenario marcado por la incertidumbre de cómo debería ser una sociedad post Covid 19 o dispuesta a tener que aprender a vivir con nuevas pandemias y diversos azotes ecológicos y climáticos que nos asesta un planeta herido gravemente por los denominados paradigmas capitalistas del progreso y desarrollo y, ciertamente también por proyectos de desarrollo estatales (como Rusia, China o India) que se perciben como alternativos pero que compiten en las emisiones de gases efecto invernadero, la extinción de la biodiversidad, la acidificación de los ríos y océanos, la depredación pesquera y una agroindustria dependiente de organismos genéticamente modificados con uso extensivo de agrotóxicos.

En este camino que hace años parecía solitario, ya no estamos políticamente solos. En diversas partes de América Latina y del mundo, grandes pensadores y movimientos sociales ven y afirman el vínculo indesligable entre justicia ecológica y social, y no solo como parte de la creación de un nuevo proyecto político, de una nueva sociedad, sino también de una nueva ética, de una nueva epistemología, de una nueva economía y una nueva política para el relacionamiento con la naturaleza y también entre culturas y géneros diversos. Es cierto que poderosas fuerzas buscarán continuar con más de lo mismo, incluso a costa del sacrificio de miles o millones de vidas de las poblaciones más vulnerables y del establecimiento de un estado policial mundial con despliegue de autoritarismos locales que mantengan los privilegios de pequeños grupos de poder, la indignante desigualdad y depredación ecológica. Lo estamos viendo en los planes de rescate financiero que se anuncian e implementan aún en nuestro país a costa de los dineros públicos y los derechos de los trabajadores y trabajadoras del campo y la ciudad.

¡Deberemos resistir!

Frente a esta pandemia y los terribles efectos del cambio climático, deberemos sobrevivir y renovarnos como un proyecto político de cara a los cambios y las transferencias de aprendizajes y estructuras organizacionales que deberemos legar a nuestras futuras generaciones para los nuevos retos del denominado Antropoceno, (la era marcada por los grandes daños ambientales causados al planeta). La pandemia es una consecuencia de esos daños y cada uno, cada una tenemos un rol importante que jugar desde nuestras familias, barrios, organizaciones vecinales, sociales o políticas locales.

Esta vez, ese rol se halla marcado por la urgencia de no perder el trabajo o de tener que conseguirlo o generarse uno propio. Para ello, debemos recuperar también el rol central del Estado, promoviendo y ejercitando una conciencia solidaria y colaborativa, del cuidado de las relaciones sociales y del medio ambiente, siendo persistentes en la búsqueda de llegar a ser gobiernos locales, regionales, miembros activos y honestos en los poderes legislativo o ejecutivo. Lo dijimos al inicio y lo afirmamos hoy con mayor fuerza: a prepararse para esa gran tarea, no nos derrotará la emergencia sanitaria, aunque sabemos que puede hacer muy difícil (y hasta personalmente dolorosa) nuestra tarea política.

Desde donde estemos, desde el rol que hoy o mañana nos toque jugar, estaremos junto a nuestros pueblos, luchando por el derecho al trabajo, a la educación y la salud publicas, por las pensiones de los jubilados, frente a la violencia contra los niños y las mujeres vulneradas, por el derecho a seguir existiendo de los pueblos originarios y el irrenunciable cuidado del medio ambiente, luchando por la salud y la sostenibilidad de nuestra Madre Tierra y de todos los seres vivos que habitamos en ella.

Aunque sea en horas de adversidad mundial y nacional, deseémonos todos y todo un feliz aniversario, ¡por tiempos mejores que esperamos y construiremos desde las diversas trincheras en que debamos seguir luchando!


                                                                                                          Marco Arana Zegarra  

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Desde nuestra nueva bancada aún no del todo bien organizados por las peculiares circunstancias del funcionamiento congresal, en estos tiempos de emergencia sanitaria y a pesar del cerco mediático, nos hemos pronunciado y hemos propuesto:

1. Desde el primer día de la declaración de la emergencia sanitaria, la protección de los derechos laborales y un plan de desarrollo para la pequeña y mediana agricultura para alcanzar seguridad alimentaria y un bono para los pequeños y medianos agricultores. Hasta ahora el gobierno no se ha pronunciado seriamente al respecto.

2. Hemos dado batalla en el Congreso, aunque por el voto de la mayoría de bancadas no lo conseguimos, para que fuera fortalecido y financiado el rol de la Contraloría en las auditorías para prevenir y sancionar la corrupción que pudiera darse en el gasto de las grandes cantidades de dinero público para atender necesidades de los más pobres.

3. Nos hemos pronunciado y solidarizado con los justos reclamos del personal de salud que está mal remunerado y no cuenta con los equipos de bioseguridad personal y de equipamiento hospitalario para afrontar los estragos de la pandemia;

4. Luchamos por la disponibilidad de los fondos de los aportantes de las AFPs consiguiendo que se promulgue en el Congreso la disponibilidad de al menos 3 UITs. Aunque nuestra lucha mayor deberá ser por la construcción de un nuevo sistema previsional público libre de AFPs y una reforma con enfoque de justicia tributaria.

5. La semana pasada dimos batalla en la junta de portavoces para que se priorizara la ley de pensión mínima vital para jubilados, aunque la mayoría de bancadas decidieron enviar el dictamen a la comisión de economía donde es probable que se impida.

6. Hemos planteado igualmente que el Congreso respaldara nuestra propuesta de creación de un bono universal de 1000 soles que a quedado en 750 soles y solo por familia, lo que constituye un avance, pero no recoge debidamente la propuesta.

7. Hemos exigido las medidas de coordinación y planificación para que los peruanos y peruanas que quedaron varados o despedidos y quieran retornar a sus localidades lo puedan hacer, tomando todas las medidas sanitarias necesarias y teniendo el respaldo alimentario y logístico de las autoridades para lograrlo.

8. Hemos levantando también nuestra voz exigiendo mejores condiciones para la atención de la salud de las fuerzas policiales que se ven expuestas a alto riesgo por su explosión en primera línea en la implementación de la cuarentena, así como exigido que se investigue las denuncias de corrupción de altos oficiales que habrían sobrevalorado la compra de alimentos y de equipos de bioseguridad personal.

9. Desde la comisión de pueblos, estamos exigiendo diálogo de las altas autoridades del poder ejecutivo con los legítimos representantes de los pueblos indígenas y las comunidades campesinas para afrontar la pandemia.

10. Y deberemos ir por la rebaja de sueldos a altos funcionarios y la ley de impuesto a las grandes fortunas.


Escrito por

Marco Arana Zegarra

Cajamarquino, sociólogo. Ecopolítica y derechos humanos. Líder de Tierra y Libertad.


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