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Bandera de venezuela. foto internet

NO A LAS DICTADURAS, NI DE DERECHAS NI DE IZQUIERDAS, NO A LOS GOLPES DE ESTADO CON INTROMISIÓN EXTRANJERA

POR UNA SALIDA DIALOGADA, PACÍFICA Y SOBERANA PARA VENEZUELA

Publicado: 2019-01-26

Por: Marco Arana Zegarra

No de ahora. Sin medias tintas. Desde hace varios años he hecho declaraciones críticas sobre los gobernantes bolivarianos de Venezuela[1] , rechazadas por sectores autoritarios de izquierda como ninguneadas por las derechas que fungen ahora, como el fujimorismo y el aprismo, de democráticas cuando para proteger a corruptos han conducido autoritariamente el Congreso hasta llevarlo al descrédito en el que se encuentra.

Claramente, desde el 2016 en que Maduro cerró la posibilidad del referéndum, ese régimen no tuvo marcha atrás y ha decantado en un régimen dictatorial que viola derechos humanos y libertades fundamentales aunque aún posea cierto respaldo popular y el apoyo institucional de sus fuerzas armadas.

Perdida la oportunidad del grupo de diálogo que dirigió el ex presidente español José Luis Rodríguez Zapatero, con auspicio del Vaticano, solo se avanzó en la profundización de su crisis política y económica, la que ha golpeado más fuertemente a los trabajadores. A quiénes no quieren ver, ¿puede haber una “revolución socialista” contra los derechos de los trabajadores? El Secretario General del Sindicato de Trabajadores Petroleros y Gasíferos, Iván Freites, ha denunciado la corrupción, las violaciones de derechos laborales y de derechos humanos (https://youtu.be/eNGJ8M251_g). No es un sindicalista de derecha o “pro yanky” como dirían quienes se hacen de la vista gorda frente a la urgencia de que se convoque a elecciones generales en Venezuela.

Lamentablemente, la irrelevancia y los manoseos de la OEA no puede ser mucha ayuda. A su mayor desprestigio reciente ha contribuido, sin duda, el señor Luis Almagro, el mismo que calló frente al golpe de Honduras y vino a Perú en 2017 a respaldar al corrupto PPK y a justificar el ilegal indulto de Alberto Fujimori.

La solución soberana y democrática duradera tampoco pasa por el apoyo a la acción golpista de Juan Guaidó quien ha llamado a la intervención militar, recibiendo inmediatamente el apoyo de Trump que, si alguna preocupación tiene por Venezuela, no es por la calidad de la democracia, los derechos fundamentales de las mayorías y la soberanía venezolana sino por los intereses de sus corporaciones petroleras, financieras y mineras en uno de los territorios petroleros más ricos del mundo.

URGE UNA SALIDA SOBERANA DIALOGADA, ELECCIONES GENERALES CON RESPALDO DE OBSERVADORES INTERNACIONALES IMPARCIALES

Urge que se constituya un grupo internacional de países que apoyen genuinamente el diálogo sobre la base de la premisa a convocatoria de elecciones generales bajo la supervisión de veedores internacionales que establezcan los mecanismos de transición en las que se lleguen a algunos acuerdos soberanos entre el Ejecutivo y la Asamblea Ciudadana (Legislativo), en el que las fuerzas armadas, no deliberantes, sin embargo, garanticen que se respetará la salida democrática soberana en plazos acotados y que deberán cumplirse estrictamente.

El sometimiento y la genuflexión del Grupo de Lima, tampoco puede actuar con legitimidad dada su apuesta unilateral de respaldar un golpe de Estado en contraposición a la política histórica de la Cancillería peruana del respeto a la soberanía y el no intervencionismo que consagró en 1960 Raúl Porras Barrenechea (https://larepublica.pe/politica/841871-el-memorable-discurso-de-raul-porras-barrenechea-en-defensa-de-cuba-ante-eeuu) en defensa del orden democrático y el principio de no intervención, lo cual también está presente en la política exterior de México conocida como doctrina Estrada (https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-46909829).

Venezuela está dividida y ha decantado en una dictadura cuya situación debe resolverse en el marco del no intervencionismo y el respeto a su soberanía. Rechazo total a la acción militarista injerencista

El compromiso de una organización política democrática ecologista de izquierda como el Frente Amplio (si bien en su interior existen diversas lecturas sobre lo que acontece en Venezuela), ha sido expresado en innumerables veces. Tanto al interior como públicamente yo he venido expresándola desde Tierra y Libertad, al menos desde el 2009.

En el 2016, cuando Maduro cerró las posibilidades del referéndum como un camino de solución a la grave crisis venezolana denunciamos el carácter autoritario de esa decisión que solo complicaría más las cosas y ciertamente nos mantuvimos y mantenemos consecuentes que esas decisiones no podían imponerse desde fuera sino que debía responder al reclamo de su ciudadanía y por tanto la solución a la crisis venezolana debía hacerse en el marco de los principios de no intervención y respeto a la soberanía del pueblo venezolano.

Una intervención militar o un golpe de Estado para derrocar el régimen autoritario de Maduro, opción que está siendo orquestado desde Washington y administraciones gubernamentales latinoamericanas sometidas a la política imperial y a los intereses de las grandes corporaciones, debilita y afectaría gravemente la búsqueda de soluciones democráticas dialogadas y podría conducir a una guerra civil que, como todo conflicto violento, afectará más a la población civil y ciertamente sentaría una terrible marcha atrás sobre las atribuciones que se les concede a poderes externos, no neutros, sino muchas veces expresiones de intereses geopolíticos y económicos transnacionales.

En este sentido, saludamos la postura diplomática de México que no se ha prestado al juego injerencista del denominado Grupo de Lima y esperamos que el Parlamento Europeo no se deje llevar de la nariz por la política de intervencionismo militar pedido por Juan Guaidó y quienes respaldan un golpe de Estado con intervención extranjera que, sin duda, afectaría aún más a la golpeada población civil venezolana y sería un factor de desestabilización política para toda la región.

En su origen, el régimen Chavista fue fruto de la voluntad democrática venezolana que no gustó a los grandes poderes económicos

Aunque la preponderancia antidemocrática y mediática de las derechas latinoamericanas ha buscado imponer un pensamiento único, supuestamente “libre de toda influencia ideológica”. Desde el Frente Amplio siempre hemos sido categóricos respecto del proceso venezolano: la mayoría del pueblo venezolano decidió elegir democráticamente a Hugo Chávez para transitar los caminos de la revolución bolivariana y le dio ese mandato legítimo y democrático en las urnas.

El 6 de diciembre de 1998 Hugo Chávez ganó unas elecciones limpias con el respaldo del 56.5% de los votos. El 2 de febrero de 1999 asumió la presidencia dando inicio al cambio de la Constitución sobre la que se había sostenido la oligarquía y la corrupción petrolera que quedó puesta al descubierto en el Caracazo de 1989 en que, la represión ordenada por la derecha venezolana, causó más de 250 asesinatos y se estima que hubo unos 3000 desaparecidos. Desde ese momento la oligarquía llanera, las oligarquías latinoamericanas, y principalmente EEUU, buscaron desestabilizar y hacer fracasar la voluntad popular democrática venezolana.

Para la derecha política venezolana y de la región, ningún logro social que alcanzara la auto denominada “revolución bolivariana” iba a ser reconocido y para comprender por qué Venezuela en su hora crucial está hoy dividida, es preciso no olvidar que hubo importantes logros en materia social y educativa que cambiaron la vida de cientos de miles de pobres.

Más de un millón y medio de personas fueron alfabetizadas. La UNESCO reconoció que bajo el gobierno de Hugo Chávez, Venezuela pasó a ser uno de los países del mundo reconocido como país libre de analfabetismo el 28 de octubre de 2005. Asimismo, la administración de Chávez cumplió con asignar el 6% del PBI a su sector educativo, fortaleciendo y ampliando su sistema de educación pública, de allí que se crearon 42 universidades públicas ampliando significativamente las oportunidades para que los más pobres accedieran a estudios superiores. Según la UNESCO, Venezuela se ubicó como el quinto país en el mundo y el segundo en América Latina con la mayor matrícula universitaria. Adicionalmente, En 2012, la FAO otorgó un reconocimiento a Venezuela por la reducción del hambre y la pobreza extrema en más del 50%.

Sin embargo, en el plano político la autodenominada revolución bolivariana comenzó a introducir un conjunto de reformas que permitieran que sus caudillos se perpetuaran en el poder, se intensificara el modelo económico extractivista de hidrocarburos y minerales, que desapareciera la independencia de poderes del Estado, que se restringiera la libertad de prensa y, cuando consideraron que podían amenazar al poder chavista, los opositores fueron encarcelados, las arbitrariedades políticas y las violaciones de derechos humanos se impusieron.

Como era previsible, esas medidas antidemocráticas no resolvieron la grave crisis e incluso permitieron que opositores, otrora responsables del Caracazo, como Antonio Ledezma, se dieran maña para retornar al protagonismo político como líderes de una pseudo oposición pro defensa de la democracia que en el Perú encontraba apoyo del fujimorismo, el Apra y demás sectores ultraconservadores.

En Venezuela los grandes poderes no están comprometidos para salvar la democracia sino por asegurar acceso y control a sus recursos naturales

EEUU, es uno de los principales compradores del petróleo venezolano. Un portal alemán señalaba así los destinos del petróleo venezolano “La mayor parte del petróleo venezolano va para Asia: China e India reciben el 60% del total. Un 20% se vende a EE. UU. y un 20% al resto del mundo. Los envíos a China son mayormente para devolver créditos de Pekín”. (https://www.dw.com/es/a-quién-le-vende-petróleo-venezuela/a-19293514).

Las grandes corporaciones transnacionales mueven sus intereses por el petróleo, los minerales del arco del Orinoco y las inmensas reservas de agua dulce de Venezuela y, el hecho que en la década pasada hubiesen varios gobiernos de izquierda elegidos democráticamente por sus pueblos en AL ha disgustado y afectado mucho a los intereses de EEUU, las oligarquías nacionales y las grandes corporaciones, al extremo que el acceso a los recursos naturales y energía que necesita EEUU constituyen una cuestión de seguridad nacional por lo que institucionalmente están dispuestos a iniciar guerras en los países proveedores. (KLARE, Michael. Guerras por los Recursos Naturales, 2003).

China y Rusia, que apoyan actualmente a lo que se ha convertido en una dictadura política en Venezuela, también están velando por sus propios intereses. Está de más decir que, junto a EEEUU y diversos países europeos, los principales intereses son económicos y geopolíticos y que la institucionalidad y calidad de la democracia, como se vio en los casos recientes de los golpes de Estado en Haití (2004), Honduras (2009) y Paraguay (2012), para estos diversos regímenes políticos está condicionada a la seguridad y estabilidad para que puedan seguir extrayendo recursos y asegurar la rentabilidad de sus negocios. 

Extractivismo de Izquierda funcional al capitalismo depredador

La inmensa deuda externa contraída por Venezuela con China y Rusia se ha hecho a cuenta del petróleo y del acceso a recursos minerales bajo un modelo económico extractivista de izquierda que ciertamente es parte de la vulnerabilidad y la crisis económica actual venezolana, ya que su desbordado gasto público se hizo sobre proyecciones de altos precios del petróleo. 

Chávez y Maduro construyeron su reformas sociales (en este sentido no se trata de una revolución con nuevos contenidos económicos y ecológicos) sobre las expectativas de precios altos del petróleo demandado por el insaciable mercado capitalista que ha conducido a la crisis ecológica mundial y el cambio climático, todo ello sin importar los límites del crecimiento y sus graves impactos ambientales en el cambio climático ni la amenaza a su biodiversidad amazónica y los derechos ecoterritoriales de sus pueblos indígenas. De allí la apuesta de Chávez, prolongada por Maduro de entregar lo que se conoce como el “arco minero del Orinoco” a capitales chinos y rusos. ¿La denominada revolución bolivariana se planteó el cambio de matriz energética, la necesidad de políticas de transición para salir de la tradicional política extractivista depredadora tan propia del capitalismo? !No lo hizo!

Las corporaciones de EEUU, canadienses, europeas saben además que, con Chávez y Maduro, se abrieron las puertas para los capitales de China y Rusia, los cuales lograron acuerdos que limitan el predominio de las corporaciones capitalistas occidentales. Desde Chávez, Venezuela dejó de ser el patio trasero de los EEUU y sus corporaciones y eso sí que constituyó una afrenta que el Tío Sam no perdonaría.

Los llamados defensores de la democracia en Venezuela apoyados por Trump ocultan la angurria por los recursos naturales

Es fundamental no ocultar ni olvidar esto. La lucha por la democracia frente a un régimen autoritario y una dictadura instaurada por Maduro en Venezuela, ha sido aprovechada por regímenes de presidentes autoritarios como Trump, corruptos como PPK, fascistas como Bolsonaro, todos ellos presidentes que representan claros intereses comerciales transnacionales y, en el caso peruano, por fuerzas autoritarias y tomadas por la corrupción como ocurre con el fujimorismo y el Apra que, sin ninguna autoridad moral .y política, buscan presentarse como adalides de la defensa de la democracia venezolana, mientras esas mismas fuerzas política en Perú, para defender a sus corruptos, llegan a calificar al actual gobierno peruano como una dictadura corrupta ya que quieren evitar que se investigue y sancione a Keiko Fujimori y Alan García y sus socios empresariales.

Nada de ello, sin embargo, desnaturaliza ni minusvalora que la dictadura de Maduro tenga cada vez un mayor rechazo ciudadano venezolano que es el verdadero poder constituyente y, que de ser sostenido y lograr el surgimiento de líderes que, más allá de Juan Guaidó, logren unirse y expresarse para buscar una salida política evitando una inaceptable y repudiable intervención militar extranjera que además pudiera desatar una inaceptable guerra civil.

La denominada revolución bolivariana transitó hacia una dictadura

He sido claro que un punto de inflexión para el curso de la legitimidad y la democracia en Venezuela fue la realización del referéndum que debió realizarse el año 2016 en el marco de la propia constitución chavista. El gobierno de Maduro lo rechazó. Impidió que su pueblo se pronunciara y decidiera. Un año antes, en 2015, por voluntad ciudadana mayoritaria, las elecciones que llevaron a la conformación de la Asamblea Ciudadana fue ganada por la oposición a Maduro. La Mesa de Unidad Democrática, opositora al régimen de Maduro ganó las elecciones con el 56.2%.

Luego del sabotaje al referéndum vendría la intervención y cooptación de la autoridad electoral, del tribunal constitucional, del poder judicial y el cambio de la Constitución para permitir la reelección indefinida todo ello para que, en adelante, se garantizara la legalidad de todo otro proceso electoral con resultados previsibles al régimen de Maduro.

Cancillería Peruana Servil

La Cancillería peruana ha roto la política institucional peruana de defender el principio de no intervención y autodeterminación de los pueblos que defendió el ilustre Porras Barrenechea. Esta es una actuación lamentable, indigna y vergonzosa. Trump y Pence, con el corrupto PPK impusieron este giro en nuestra política exterior y Vizcarra la ha seguido a pie juntillas. Si Venezuela decantara por una guerra civil, la Cancillería peruana, hoy ideológicamente alineada además con el fascista de Bolsonaro serán juzgadas por la historia. Tendremos que trabajar para que en el Perú haya un gobierno que recupere nuestra soberanía.

Nuevas Elecciones con observadores internacionales

No a la continuidad del régimen autoritario de Maduro ni al golpe de Estado de Juan Guaidó. Que los países que quieran ayudar al pueblo venezolano lo hagan en el marco del respeto a la soberanía venezolana y la no injerencia militar extranjera. En el Frente Amplio tenemos absoluta claridad en el rechazo a las políticas coloniales injerencistas y las denunciamos y repudiamos. Lo mismo que hacemos contra los regímenes corruptos, sean de derechas e izquierdas. En esto nunca tendremos, como hacen otros, pactos infames para hablar a media voz. Por ello, saludo que nuestro compañero Enrique Fernández Chacón, de Uníos, miembro del FA haya dicho claramente sobre la crisis que abate al pueblo venezolano que “el socialismo no es para matar de hambre al pueblo, es para todo lo contrario (...) Ayudemos a los trabajadores y al pueblo (venezolano), para buscar una salida independiente de los hambreadores del gobierno y de los golpistas de Trump”.

Artículos de interés para una crítica desde la propia izquierda venezolana:

• 2016, Edgardo Lander. Ante la crisis de Venezuela la izquierda carece de crítica. http://www.sinpermiso.info/textos/venezuela-sencillamente-la-gente-esta-harta-entrevista

• 2017, Alejandro Velasco. (Entrevista) Venezuela: ¿por qué no «bajan» de los cerros? http://nuso.org/articulo/venezuela-por-que-no-bajan-de-los-cerros/

• 2017, Aram Aharonian. ”La izquierda se ha quedado en la denunciología y el lloriqueo” https://radio.uchile.cl/2017/07/17/fundador-de-telesur-la-izquierda-se-ha-quedado-en-la-denunciologia-y-el-lloriqueo/

• 2018, Edgardo Lander.Ante la crisis de Venezuela la izquierda carece de crítica https://www.aporrea.org/actualidad/n330938.html

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Nota:

Por espacio de tres semanas he padecido una severa afectación en mi salud de la cual me estoy recuperando progresivamente. Aunque no he estado brindando declaraciones, han existido medios desinformando de mi posición respecto de la crisis venezolana y que seguramente tratarán de colocarnos la agenda y lo que consideran debemos decir.

No, el FA no es una izquierda claudicante, y de un pragmatismo capaz de decir una y otra cosa según las presiones o conveniencias. Tampoco nos prestaremos al juego que esos medios quieran imponer para provocar divisiones políticas al interior del FA pues no nos cabe duda que, temas complejos como la crisis venezolana o la búsqueda de cambios democráticos históricos profundos son parte de nuestros debates internos y del crecimiento y madurez política que debemos alcanzar.

[1] https://youtu.be/fpGp9g67mlM


Escrito por

Marco Arana Zegarra

Cajamarquino, sociólogo. Ecopolítica y derechos humanos. Líder de Tierra y Libertad.


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